jueves, 25 de noviembre de 2010

Un Vals para Pepita

La noche se acerca y las estrellas copan el espacio azul intenso en una noche de fresca primavera en Asunción.  En mi computadora se escucha una grabación en mp3, es un vals lleno de encanto, cierro los ojos y la melodía acaricia mi alma, suena encantador y sublime. Sé que es Barrios, me lo asegura su expresividad, no ejecuta con los dedos, lo hace con el corazón por eso la emoción se adueña de mi  y tengo necesidades de escribir unas  líneas. Pero qué es? Pepita?
Quién es Pepita se preguntarán muchos. Se trata de la única persona en el mundo que puede perdonar todo, sufrir en silencio, rogar a Dios por los suyos, entender sin cuestionar, es MAMÁ.

Misia Pepa como la llamaban cariñosamente sus más allegados fue la madre del más extraordinario guitarrista y compositor paraguayo de todos los tiempos, Agustín Pío Barrios, Doña Martina Ferreira de Barrios. Hay quienes dicen que ninguna obra maestra de ningún artista podría siquiera intentar describir la esencia que representa una Madre. Sin embargo, Agustín en sus primeros años de novel compositor quiso plasmar, la expresión más elocuente de su amor por ella en este bellísimo  homenaje a su amada madre, en un regocijo de sonidos que envuelven en cada nota una caricia.
Al escuchar la interpretación de este vals por su propio autor no puede traerme más que imágenes en la mente de un joven que va descubriendo a través de los sonidos de su guitarra sus emociones más profundas, tan llenas de pasiones, tan puras como el agua.
En ese entonces Agustín se iniciaba en la tarea de entonar en el pentagrama de su corazón melodías que acuñaran sus entrañas y que con el paso del tiempo lograra expresar con tanta soltura y emotividad. Se percibe las tonalidades melódicas con que juega aun siendo joven, como buscando en su musa inspiradora la bendición que solo una madre pueda darle, como un presagio al futuro tan lleno de sentimientos entonados de romanticismo, de misteriosas pasiones, de emociones intangibles que caracterizaron sus demás composiciones.
De este precioso Vals grabado por el artista a finales de 1913 en Montevideo con el sello Artigas, no se conocen originales, solo transcripciones realizadas de las grabaciones que no permiten sacarla fielmente atendiendo los ruidos ocasionados por las púas de los viejos tocadiscos; lo indudable aquí es que representa un tesoro extraordinario considerando que es una de sus primeras composiciones y se lo dedicó a nada más y nada menos que a su madre
Cuando se alcanza la maestría, los sonidos del mundo pueden apagarse, dando paso a las más bellas expresiones del alma. Es así como Pepita dio vida a Agustín Pío y Agustín Pío con Pepita  nació en el mundo de los sonidos convirtiéndose de esta manera en un  POETA DEL SONIDO!!!
La melodía sigue sonando una y otra vez ….las estrellas centelleantes parecen vibrar , como dando su aprobación a lo que se escucha, no pueden menos, son luces del tiempo y del espacio, eternas, brillantes como la música de Barrios, es que él es parte de ellas!!!
                                                                                    Maria Bernarda Cuellar